Quiero que mi hijo aprenda a jugar solo

Uno de los temas que más se dan entre las madres, además de la alimentación y el sueño es el modo de jugar de nuestros pequeños. Por lo general, la queja va encaminada a que no saben jugar solos y que nos reclaman a cada momento. Claro, es normal que ante esta situación nos preguntemos si es que no son capaces de jugar solos por edad o porque son muy dependientes..

Algunos niños quieren que siempre estemos con ellos, todo el tiempo, jugando con sus muñecas, haciendo puzzles, leyéndoles un libro o haciendo castillos de arena. Cuando nuestros hijos nos reclaman todo el tiempo para jugar, ya sea en casa o en el parque, debemos saber que es bueno que de vez en cuando les dejemos jugar solos, aunque al principio nos cueste un poco a todos.

Permitir que nuestros hijos jueguen solos no significa que les dejemos solos en una habitación, sin ningún tipo de supervisión, ni tampoco que les entremos en los parques infantiles permaneciendo sentados en un banco tres o cuatro metros más lejos. No, no hablo de este tipo de juego a solas. Esto no favorece para nada lo que estamos intentando. Hablo de estar juntos, cada cual realizando sus propias tareas y estando disponible cuando nuestros pequeños nos reclamen para resolver alguna dificultad. Si lo que queremos es que aprendan a jugar solos lo que deberíamos evitar es dejarlos en una habitación a solas, donde lo que probablemente sentirán es abandono y desinterés por nuestra parte hacia ellos. 

Es muy importante que jueguen de vez en cuando solos para su desarrollo cognitivo y emocional ya que el juego en solitario, sin la intervención constante de un adulto, les permite explorar el mundo que les rodea y aprender otros modos diferentes de jugar y de relacionarse con sus cosas y entorno. El juego individual o en solitario, al contrario de lo que muchas mamás y papás piensan, no es malo, es más, los niños a partir de los 2 añitos ya saben perfectamente distraerse solos jugando con sus cosas.

Si lo que queremos es que nuestro pequeño de dos o tres años vaya cogiendo el hábito de jugar solito, porque así lo necesitamos todos, debemos empezar poco a poco. Primero jugaremos juntos, para ir dejando pequeños espacios en los que sólo jugará él o ella, nosotros permaneceremos a su lado pero sin intervenir de ninguna manera.

Cuando hayamos conseguido que nuestro hijo vaya jugando solo, ya sea haciendo puzzles, figuras con plastilina, mirando cuentos, pintando o lo que quiera hacer en ese momento, nosotros podremos hacer una actividad distinta, ya sea responder un correo electrónico, planchar, leer o lo que deseemos hacer. 

El hecho de que queramos que los niños aprendan a jugar solos no es solo por su desarrollo cognitivo y emocional, sono que jugando solos, los niños aprenden a tomar decisiones por ellos mismos y si se equivocan, nadie los reprende ni les dice nada como por ejemplo "cariño, así no", "de este modo no vas a poder", o frases por el estilo.

Recordemos que también es importante que vayan jugando solos para desenvolverse en el terreno del juego simbólico, que comienza sobre los 2 años, viendo a tu hijo, por ejemplo, cogiendo su muñeco, acostándole en una cunita y hablándole; o cogiendo un tapón de refresco y utilizarlo como si fuera un coche que va recorriendo un camino imaginario. A esto llamamos juego simbólico.

Además, de esta manera, nuestros hijos pueden hacer y decir cosas que quizás delante de un adulto no harían porqué están prohibidas o porqué se sienten un poco avergonzados, como por ejemplo decir alguna palabrota o poner caras interesantes. 

Es importante saber que es normal que nuestros pequeños nos vayan reclamando y que quieran que estemos por ellos, así que tampoco hay nada de malo en atenderles siempre que nos lo pidan, aunque sea para decirles "ahora no puedo cariño, te ayudo cuando termine". 

Veremos como poco a poco nuestro pequeño va cogiendo el hábito y podrá jugar individualmente sin nuestra ayuda. Pero cuidado, jugar en solitario es beneficioso para su desarrollo pero no abusemos de ello. Dejar que siempre estén jugando solos también les priva de nuestra atención y participación en su mundo emocional. Para ellos y para nosotros es fundamental encontrar el equilibrio entre juego en solitario y juego compartido, el tiempo de juego en común proporciona también una gran cantidad de ventajas que no deberíamos menospreciar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Coméntanos qué te ha parecido!

Visitas