Dieta y Demencia

El envejecimiento hace que cambiemos, progresemos y evolucionemos hasta nuestra muerte. Es el proceso de la vida, que dependiendo de cómo lo desarrollemos y a los agentes a los que nos expongamos, la haremos más prolongada y de mayor calidad. Pero sí que es cierto que no todo dependerá del ambiente, sino también de nuestra herencia genética y de la interacción de ambas. Una de las alteraciones cognitivas propias de la etapa de la vejez es la demencia, en muchas ocasiones confundida con la enfermedad del Alzheimer. 

La demencia es la pérdida progresiva de las funciones cognitivas, debido a daños o desórdenes cerebrales. Esta alteración cognitiva produce incapacidad para la realización de las actividades de la vida diaria. Los déficits cognitivos pueden afectar a cualquiera de las funciones cerebrales particularmente las áreas de la memoria, el lenguaje, la atención, las habilidades visuoconstructivas, las praxias y las funciones ejecutivas como la resolución de problemas o la inhibición de respuestas. Durante la evolución de la enfermedad se puede observar pérdida de orientación tanto espacio-temporal como de identidad. La demencia puede ser reversible o irreversible según el origen etiológico del desorden; en cambio, la enfermedad del Alzheimer es un trastorno cerebral progresivo e irreversible que daña lentamente y destruye las células del cerebro, dando lugar a pérdidas de memoria, aptitudes del pensamiento e incluso la capacidad para llevar a cabo las tareas más simples, entre otras funciones cerebrales. El Alzheimer es el tipo de demencia más común, representando entre el 50 al 80% de los casos de demencia.


Es importante destacar que Alzheimer no es parte de un envejecimiento natural y normal, sino que produce una serie de cambios anormales haciendo que mueran y marchiten las células del cerebro. La mayoría de las personas afectadas son gente de avanzada edad, por lo que puede confundirse con la demencia dado su similitud de signos.

Se ha investigado mucho sobre esta enfermedad y una de los hallazgos más recientes viene de la mano de Hanson AJ, Bayer-Carter JL, et al., donde encuentran relación existente entre la alimentación y la aparición de esta enfermedad. Una dieta rica en grasas saturadas podría reducir rápidamente los niveles cerebrales de apolipoproteína E, sustancia que ayuda a proteger de la enfermedad de Alzheimer. En ese caso, las proteínas β-amiloides del cerebro tienen más probabilidades de formar placas que interfieren con la función neuronal, el tipo de placas halladas en el cerebros de pacientes con enfermrdad de Alzheimer.

En dicho estudio, participaron 20 personas mayores con una cognición normal y una edad media de 69 años; y 27 con deterioro cognitivo leve tipo amnésico (edad media de 67 años), un precursor de la enfermedad de Alzheimer. Todos los pacientes fueron asignados aleatoriamente a dietas que contenían la misma cantidad de kilocalorías, pero que eran ricas o pobres en grasas saturadas. En las dietas ricas en grasas saturadas, el 45% de la energía total provenía de las grasas, y más de una cuarta parte de éstas eran saturadas. En las dietas bajas en grasas saturadas, el 25% de la energía provenía de las grasas, y las saturadas representaban menos del 7%. Tras apenas un mes, las dietas provocaron cambios en la cantidad de proteína β-amiloide y de apolipoproteína E en el líquido cefalorraquídeo de los participantes, lo que produjo mejora en sus capacidades cognitivas.

Es por todos conocido que la salud depende en gran parte de nuestra alimentación y de nuestro ejercicio diario. Los médicos recomiendan ejercicio físico y una dieta saludable, a través de la cual nuestros tejidos se regeneran y se fortalecen. Los psicólogos recomendamos, además, el control mental, practicar mindfulness y ejercicios mentales para la activación cerebral, tales como ejercicios de memoria, de lógica o agilidad mental.



















A continuación dejo un enlace para realizar ejercicios de memoria y lógica interactivos y gratuitos. Pertenecen a la web del ayuntamiento de Madrid y resultan muy orientativos y sencillo de hacer. Pincha en el siguiente enlace:  ir a ejercicios de memoria



Fuentes: Revista de Neurología; Web de Alzheimer

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