Las Relaciones de Parejas: La Ruptura

Todos, más tarde o más temprano, hemos empezado ha hacer vida en pareja, a relacionarnos con una persona que nos gustaba e incluso a convivir con ella, pero ¿qué sucede para que dos personas decidan poner fin a una relación? Esta es la pregunta a la que han tratado de responder durante años los investigadores en terapia de pareja
Con este fin, han ido surgiendo nuevas líneas de investigación, centradas en identificar los factores predictores del fracaso conyugal. A este respecto, la APA (American Psychological Association – Asociación Americana de Psicología), ha publicado recientemente un artículo en el que recoge algunos de los resultados obtenidos a través de diferentes estudios longitudinales prospectivos, realizados con parejas de recién casados. Los principales resultados recogidos en dicho artículo son los siguientes:

- De acuerdo con los últimos datos del Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias de EE.UU. (NCHS-National Center for Health Statistics), factores como el origen sociocultural, el nivel educativo, la edad a la que se contrae matrimonio, el momento en que se decide ser padre o la existencia de problemas económicos, pueden considerarse como predictores del fracaso conyugal.


- Según un estudio llevado a cabo por psicólogos de la Universidad de Texas, y publicado en la Revista de Psicología Familiar (Journal of Family Psychology), el estrés influye de manera importante en las relaciones de pareja. En dicho estudio, se solicitó a 165 parejas de recién casados que, durante 2 semanas, realizaran un registro diario anotando, tanto la existencia de acontecimientos estresantes (qué tipo de situación y cuánta energía consumían para manejarla), como el tipo de interacción con el cónyuge (positiva o negativa) y su nivel de satisfacción con respecto a la relación.
Los datos mostraron que, en los días más estresantes, los participantes informaban de más comportamientos negativos hacia su pareja, a la vez que manifestaban sentirse menos satisfechos con la relación. A la luz de estos resultados, los psicólogos concluyeron que la energía destinada a afrontar los eventos estresantes, se restaba de la energía necesaria para mantener una buena relación de pareja.

- Otro factor considerado como predictor de divorcio, es la existencia de dudas antes del matrimonio. En un estudio de 2012, realizado por investigadores de la Universidad de California (EE.UU), se encontró que las mujeres que habían experimentado dudas prematrimoniales, tenían el doble de probabilidades de divorciarse, que aquellas que no habían tenido ningún tipo de duda.                     - Asimismo, el nivel de satisfacción marital se considera un importante factor predictor del fracaso conyugal. Los estudios al respecto señalan que, aquellas parejas cuyo grado de satisfacción marital declina durante los primeros cuatro años de matrimonio tienen más posibilidades de divorciarse, frente a aquellas en las que el nivel de satisfacción se mantiene.

A modo de conclusión, la APA enumera una serie de pautas, avaladas por las distintas investigaciones, y consideradas como estrategias clave a la hora de trabajar en terapia de pareja:

- Es importante intercambiar refuerzos positivos: conductas sencillas como dar un abrazo, decir algo agradable, o tener un pequeño detalle con la pareja (escribir una nota o dar un pequeño masaje), pueden hacer que la otra parte se sienta especial, cuidada y amada.

- Hay algunas conductas dentro de una relación, tales como la forma en que habla y/o discute una pareja, que son susceptibles de ser modificadas. Así, ante un conflicto, es imprescindible trabajar las habilidades comunicativas, fomentando el diálogo, y aprendiendo a formular peticiones y a expresar adecuadamente tanto las quejas como los sentimientos negativos.

- El apoyo al cónyuge es importante, no sólo en momentos de crisis sino también en momentos de éxito, pues esto contribuye a percibir de forma positiva la relación.

- Es necesario tratar de evitar la rutina y el aburrimiento en la relación de pareja, introduciendo cambios positivos, y realizando actividades variadas, novedosas y/o sorprendentes.

En una relación, cada parte es fundamental para la relación. No podemos dejar de ser nosotros por satisfacer a nuestra pareja. No podemos dejar nuestras amistades, nuestras familias o nuestros hobbies por agradarles, porque esas cosas forman parte de nuestra identidad. Esto no quiere decir que no cedamos o que no dejemos un día esa comida de compañeros de trabajo por una cena con nuestra pareja; todo lo contrario, hay que mantener el romanticismo, los detalles y romper con la rutina, haciéndole saber a nuestra pareja que ella es para nosotros lo más importante; pero eso no significa que dejemos de forma determinante nuestras otras actividades, relaciones o trabajo por estar solo con ella. En las relaciones de pareja se habla de un NOS, pero no podemos olvidar que se componen de un YO y un , y que sin esas dos partes, no podrá haber nunca un NOS.

En definitiva, la pareja hay que trabajarla, dándole prioridad y procurando que sea el reflejo de ambas partes. Buscar a alguien que comparta nuestros intereses, que nos haga pasar buenos momentos y estar con ella nos haga sentir mejores personas, sacando lo mejor de nosotros hace mucho más facil nuestra relación y con mayor probabilidad, que sea duradera.

Fuente: APA


La Carrera


Esta maravillosa historia no la voy a comentar, prefiero que la leais y que me digais por comentarios que opinión os merece, estaré encantada de comentarlo con vosotros.

La Carrera


Hace algunos años, en las olimpiadas para personas con discapacidad de Seattle, también llamadas “Olimpiadas especiales”, nueve participantes, todos con deficiencia mental, se alinearon para la salida de la carrera de los cien metros lisos. A la señal, todos partieron, no exactamente disparados, pero con deseos de dar lo mejor de si, terminar la carrera y ganar el premio. Todos, excepto un muchacho, que tropezó, cayó al suelo y rodando comenzó a llorar. Los otros ocho escucharon el llanto, disminuyeron el paso y miraron hacia atrás. Vieron al muchacho en el suelo, se detuvieron y regresaron: TODOS. Una de las muchachas, con síndrome de Down, se arrodilló, le dio un beso y le dijo: “Listo, ahora vas a ganar”. 

Y todos, los nueve competidores entrelazaron los brazos y caminaron juntos hasta la línea de llegada. El estadio entero se puso de pie y en ese momento no había un solo par de ojos secos. Los aplausos duraron largos minutos, las personas que estaban allí aquél día, repiten y repiten esa historia hasta hoy. 


Porque en el fondo, todos sabemos que lo que importa en esta vida, más que ganar, es ayudar a los demás para vencer, aunque ello signifique disminuir el paso y cambiar el rumbo. Porque el verdadero sentido de esta vida no es que cada uno de nosotros gane en forma individual sino que: TODOS JUNTOS GANEMOS.


Sueño y estudio

Llega la temporada de exámenes finales, acompañada de café, nervios, horas de estudio en la biblioteca y reducción de horas de sueño.


 Resulta comprensible que si 24 horas al día no nos bastan para compartir el tiempo dedicado al estudio con comer, ir a clase, hablar por telefono y dormir, le quitemos el tiempo a las horas del sueño, ya que suelen ser horas donde el entorno es el más silencioso de toda la jornada.


Aunque si queremos tener un buen aprendizaje, que las horas nos cunda y que el tiempo que le dedicamos sea suficiente y rentable, atentos a lo siguiente:

Estudios recientes muestran la profunda relación de los mecanismos del sueño con las capacidades humanas para memorizar. 

La escasez del sueño tiene muchísima influencia negativa en nuestras habilidades para aprender y memorizar información. El estudio llevado a cabo en dos grupos de voluntarios encontró que estas capacidades se reducen drásticamente en casos de la privación del sueño. De este modo, en vista de cualquier examen, resulta mucho mejor no sólo dormir bien, también ensayar o repasar antes de acostarse, para que la información se “digiera” en el cerebro durante la fase MOR o REM (Movimientos Oculares Rápidos) del sueño.Esta fase, se suele dar a los 60-90 minutos tras haber comenzado a dormir y durante un sueño de unas 8 horas suele aparecer unas 4- 5 vece, por lo que resulta vital la necesidad de dormir al menos 8 horas para que nuestros aprendizajes se afiancen.

Otros experimentos relacionados con el vínculo del sueño y la memoria tratan con el problema del sueño fragmentado. Según la nueva investigación -publicada en Proceedings of the National Academy of Science (PNAS) (Actas de la Academia Nacional de Ciencia), el sueño fragmentado dificulta la formación de recuerdos permanentes.



El Dr. Luis de Lecea afirma que “independientemente de la cantidad total de sueño o la intensidad del sueño, una mínima unidad de sueño interrumpido es crucial para la consolidación de la memoria". Esto tiene que ver con que los recuerdos de eventos experimentados de día se fijan en la memoria a lo largo de la fase del sueño profundo. “Así que cualquier cosa que afecte al sueño tendrá un efecto en ese proceso en menor o mayor grado" expresa el doctor Neil Stanley, experto en sueño y ex-presidente de la Sociedad Británica del Sueño.


Esto nos lleva a confirmar algo que en repetidas ocasiones he mencionado en entradas anteriores que es que: Al dormir, se activan las áreas cerebrales que se han activado durante el día, y  si hemos estado memorizando, po ejemplo, durante la noche, memorizaremos también. 

Es por tanto que en etapas de exámenes tenemos que tener en cuenta:

  1. Organizarnos el tiempo de estudio, los apuntes y los temas, para ahorrarnos tiempo y emplearlo, sobre todo, en el estudio.
  2. Una buena alimentación, donde la glucosa (azúcares) no quede eliminada de nuestros hábitos alimenticios, ya que el cerebro consume glucosa y es necesario su buen funcionamiento para el aprendizaje.
  3. Dormir al menos 8 horas durante las noches.
  4. Repasar los conocimientos antes de irnos a dormir, pero no en la cama, ya que tenemos que tener presente que la cama es un lugar donde descansar y no para ejercitar nuestra mente.
  5. Cenar de forma ligera, de forma que podamos conciliar el sueño con facilidad.
  6. En momentos de estudio, hacer descansos breves de unos 10 minutos para despejarnos.

Sin más, deseo mucha suerte a todos los que os presentéis a exámenes de selectividad, pruebas de acceso o exámenes finales!! y no olvideis dormir!!







Los zapatos del campesino

A continuación, os presento una historia conmovedora sobre un estudiante que caminando por el campo, encontró unos zapatos viejos por el uso. Se trata de una historia que busca el acercamiento a los más desfavorecidos, a los que trabajan de sol a sol y sin embargo obtienen menos beneficios. Saber ayudar es una lección que nos enseña esta historia, pues no hace falta irnos muy lejos para ayudar a alguien. Por desgracia, en la actualidad hay muchísimas personas que necesitan apoyo económico, que alguien los escuche o simplemente, ayudarle en las tareas del hogar. Hacerlo, no sólo aliviará su carga, sino también reavivará nuestro corazón. Es lo que llamamos los psicólogos Altruismo, que no es otra cosa que la ayuda desinteresada al otro.


Sin más, os dejo con Los zapatos del Campesino.



Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones. Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias.
El alumno dijo al profesor: 
-Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre. 
- Mi querido amigo - le dijo el profesor - nunca tenemos que divertirnos a expensas de los más pobres. Tú te has criado dentro de una familia rica y puedes darle una alegría a este hombre. Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre. 
Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos. El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo. Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró la moneda. Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado. Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar. Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie. La guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda. Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no morirían de hambre. 
El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de lágrimas.
- Ahora, -dijo el profesor- ¿no estás más complacido que si le hubieras hecho una broma? 
El joven respondió: 
- Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: "es mejor dar que recibir"

Dolor crónico: Fibromialgia


Es muy probable que en la última década hayamos conocido a alguien que padezca eso que le llaman "fibromialgia". Seguro, que al decir esta palabra se nos vienen a la mente algún conocido que la sufre. Por desgracia, su incidencia ha aumentado en los ultimos años haciendo que la mayoría de las personas conozcamos o tengamos una idea de qué se trata.
La Fibromialgia (FM) es un problema de salud reconocido como enfermedad por la Organización Mundial la Salud en el año 1992. Constituye una de las situaciones de dolor crónico generalizado más frecuentes en la población, así como uno de los problemas sanitarios más actuales en los países en desarrollo. 
En España, afecta al 2,4% de la población general adulta principalmente mujeres, en una proporción de 9 a 1 (EPISER 2001). Se presenta principalmente en la edad mediana de la vida (de 30 a 50 años) y después disminuye lentamente. Estos datos son similares a los ofrecidos por estudios en otros países desarrollados.

Además del dolor, se consideran otras manifestaciones clínicas como el cansancio, el sueño no reparador, los problemas cognitivos y otros síntomas orgánicos. Sin embargo, de forma mayoritaria se siguen utilizando los definidos en 1990 por la misma Academia Americana de Reumatología y un grupo semejante de expertos (Wolfe et al.,1990). En ellos, la FM se define por una historia de dolor generalizado de más de 3 meses de duración, de forma continua, en ambos lados del cuerpo, por encima y por debajo de la cintura, y con dolor en el esqueleto axial, raquis cervical o tórax anterior. Además, debe producirse dolor a la palpación en al menos 11 de 18 puntos dolorosos pre establecidos. 
No existen pruebas diagnósticas objetivas (analíticas o pruebas de imagen, entre otras) por lo que el diagnóstico es exclusivamente clínico. El dolor musculo esquelético es el síntoma principal; sin embargo, no es el único, pues los pacientes con FM suelen mostrar otros problemas como alteraciones del sueño, fatiga, cefaleas, rigidez, depresión, ansiedad, déficits atencionales y problemas de memoria, entre otros. Esta gran variedad de síntomas a veces es la responsable del peregrinaje de los pacientes por el sistema sanitario hasta dar con el diagnóstico de FM. De hecho, aunque actualmente se ha reducido el tiempo transcurrido desde que el paciente empieza con sus primeros síntomas hasta que obtiene el diagnóstico, nos encontramos con una duración media de inicio los síntomas en torno a los 10 años (Lledó, Pastor, Pons, López-Roig, y Terol, 2009). Por ello, es de vital importancia conseguir el diagnóstico lo antes posible para prevenir los problemas asociados a la cronicidad y disminuir el consumo de recursos sanitarios, tal y como han mostrado algunos autores (Annemans et al., 2008).

Con la FM nos encontramos ante un problema de dolor generalizado, no amenazante de la vida, de curso crónico pero no progresivo, de origen desconocido y que, en ocasiones, limita de forma considerable a los pacientes que la padecen. Una de las explicaciones más aceptadas actualmente sobre la FM, es la existencia de alteraciones significativas en los mecanismos de procesamiento del dolor, caracterizadas por un menor umbral en la detección de estímulos potencialmente dolorosos y un estado de sensibilización e hiper-excitabilidad central. Sin embargo, también es cierto que estas alteraciones se han encontrado en otras patologías de dolor crónico, por lo que no se puede afirmar que sean específicas de la FM (MSPSI, 2011).

Algunas características presentes en los pacientes con FM son: 


  • la disminución significativa en la frecuencia y tipo de actividades cotidianas, 
  • los largos periodos de reposo, 
  • las limitaciones físicas, 
  • el absentismo laboral, 
  • los problemas de sueño y el cansancio, 
  • los problemas familiares, 
  • la reducción en el número de contactos sociales, 
  • el uso excesivo de fármacos y de servicios médicos
  • ansiedad,
  • depresión,
  • irritabilidad, entre otros (Neumann et al., 2000; Sansone et al., 2004). 


En términos generales, los pacientes con FM identifican cuatro grandes áreas de impacto del problema: 
  1. síntomas (dolor, fatiga y problemas de sueño), 
  2. problemas emocionales y cognitivos(depresión y ansiedad, problemas de concentración, desorganización mental y problemas de memoria), 
  3. problemas sociales (relaciones familiares y de amistad alteradas y aislamiento social) 
  4. y problemas de actividad y trabajo (reducción de las actividades cotidianas y de ocio, reducción de la actividad física, interrupción de la promoción profesional o educativa) (Arnold, Crofford, Mease, Burgess, Palmer, Abetz, y Martin, 2008).
Hoy en día está ampliamente reconocido que el tratamiento más eficaz para estos enfermos combina la intervención farmacológica, física (ejercicio aeróbico moderado) y psicológica (terapia cognitivo-conductual). La demostración de la participación de variables psicológicas y conductuales (percepciones de control, pensamientos catastrofistas, estrategias de afrontamiento, miedo al movimiento, estados emocionales, conductas de dolor y su condicionamiento, o la evitación conductual, entre otras) en los resultados de salud, hace que la intervención cognitivo-conductual de las personas con FM deba ser un tratamiento de elección (Pastor et al., 2011; Peñacoba et al., 2011). Además, el hecho de que los pacientes presenten multitud de síntomas precisa que, con frecuencia, se realicen intervenciones simultáneas para tratar varios aspectos de la enfermedad (Abeles, Solitar, Pillinger, y Abeles, 2008). 
La evidencia disponible muestra que la combinación de intervenciones cognitivo-conductuales y biomédicas la opción terapéutica más eficaz para la mejoría en los resultados de salud en la FM (Häuser, Bernardy, Bernhard, Bernhard, y Schiltenwolf, 2009; Kröner-Herwig, 2009; Sarci-Puttini, Buskila, Carrabba, Doria, y Atzeni, 2008) y que esto también es así para otros problemas de dolor crónico musculoesquelético (Gatchel y Okifuji, 2006; Krö- ner-Herwig, 2009; Morley, Williams, y Hussain, 2008).



Ante la ausencia de cura los pacientes necesitan aprender a vivir con y a pesar del problema; por ello, la mayoría de los programas tienen como objetivo normalizar/incrementar la actividad del paciente, el funcionamiento social y el psicológico. Además, se suele entrenar en la adquisición y mejora de habilidades de afrontamiento activas, cognitivas y comportamentales (regulación de la actividad, autoinstrucciones, establecimiento de metas, entre otras) aplicando diferentes técnicas terapéuticas (reestructuración cognitiva, solución de problemas, distracción, condicionamiento operante, entre otras) (Pastor et al., 2003).





Fuente: INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN LA FIBROMIALGIA. 

LLEDÓ, ANA;  PASTOR, Mª ÁNGELES; Y LÓPEZ-ROÍG, SOFÍA. 
Departamento de Psicología de la Salud Universidad Miguel Hernández




Terrores nocturnos y Pesadillas


Las pesadillas infantiles son sueños evolutivamente normales que se producen durante el sueño. Estas pesadillas son recordadas con gran angustia por el niño y suelen tener un contenido relacionado con miedos o temores que le generan ansiedad en la vida real, como por ejemplo, quedarse solo, perderse, que le asuste una bruja... Pero clínicamente hablando, las pesadillas infantiles y los Terrores nocturnos se engloban dentro de los Trastornos del Sueño y concretamente en el grupo de las Parasomnias. Las parasomnias son aquellos trastornos del sueño caracterizados por acontecimientos o conductas anormales asociadas al sueño, a sus fases específicas o a los momentos de transición sueño-vigilia. 

Según el DSM-IV, la prevalencia de las pesadillas oscila entre un 10-50% en niños de 3 a 5 años. El primer episodio suele aparecer por primera vez entre los 3 y 6 años. 

Normalmente estos episodios se superan con la edad y no necesitan ningún tipo de intervención psicológica.

No constituyen trastornos importantes, pero sí que pueden ser objeto de asesoramiento o intervención psicológica por los efectos secundarios que pueden producir en el niño (miedo a ir dormirse, a la noche, a conciliar el sueño sólo, estar irritable durante el día, ansiedad, etc.).

Según DSM-IV, la prevalencia de los terrores nocturnos en población infantil es de 1-6%, siendo más frecuente en niños. Normalmente se inicia en niños de edades comprendidas entre 4 y 12 años, remitiendo espontáneamente durante la adolescencia.

Durante la noche, cuando dormimos, nuestro cerebro produce una serie de ondas cerebrales diferentes a las que producimos durante el día. Nuestro cerebro necesita descansar, y recurre al sueño para ello. Dependiendo de las ondas que se den, estaremos en una fase más superficial o profunda del sueño. Están las fases 1 y 2 que son las primeras que se producen y son las mas leves; luego aparecen las fases  3 y 4 No REM que son sueño profundo donde se produce el descanso; y también está la fase REM que es una fase de sueño profundo donde la actividad cerebral se asemeja a la que ha tenido durante la vigilia, por lo que sabemos, durante esta fase, se afianzan los conocimientos adquiridos durante el día y es cuando aprendemos.  

Una curiosidad: los pequeños duermen muchas horas y tienen mayor numero de horas de sueño profundo que los adultos y los adultos más que los ancianos. Esta cualidad está relacionada con que los niños tienen una capacidad de aprendizaje mayor que los adultos y a su vez, los adultos más que los ancianos.
Las pesadillas deben diferenciarse de los terrores nocturnos. Ambos trastornos se caracterizan por despertares totales o parciales acompañados de un intenso miedo y activación vegetativa, pero hay varias características clínicas que los diferencian. Las pesadillas aparecen típicamente bien entrada la noche y en el sueño REM; se trata de sueños muy vívidos, que producen despertares completos y activación vegetativa de carácter leve, y dejan un detallado recuerdo del contenido terrorífico. Por su parte, los terrores nocturnos se originan en el primer tercio de la noche durante las fases 3 o 4 No REM; su contenido se olvida o queda reducido a imágenes aisladas sin la cualidad de historia que caracteriza las pesadillas. Los terrores nocturnos ocasionan despertares parciales, donde la persona se muestra confusa, desorientada y parcialmente vigil, y hay activaciones vegetativas. A diferencia de las pesadillas, en los terrores nocturnos el individuo no recuerda nada al despertarse por la mañana y al haber una actividad vegetativa, nos podemos encontrar con un sueño muy vivido desde fuera, viendo a la persona moverse o gritando durante el sueño.
Las pesadillas son uno de los trastornos más frecuentes en la infancia. Podemos definirlo como un sueño largo muy elaborado, con riqueza de detalles y que provoca en el niño una fuerte sensación de ansiedad, miedo o terror. El contenido de los mismos es muy variado pero siempre existe un componente de peligro para la integridad física del niño. Por lo general no hacen referencia a situaciones reales (salvo en aquellos niños que han sufrido situaciones traumáticas). El episodio suele terminar con el despertar del niño, volviendo éste a un estado de plena alerta y con la sensación de miedo o ansiedad todavía presente. A diferencia de lo que ocurre con los terrores nocturnos, el niño, normalmente, es capaz de relatar con todo detalle el sueño, sus personajes, circunstancias y hechos que se han ido sucediendo. 


Para algunos autores las pesadillas constituyen una expresión del proceso evolutivo de maduración del sistema psíquico y la puesta en marcha de mecanismos defensivos.


Cuando son muy frecuentes, sí que se ha asociado a niños con un perfil de inseguridad por algún motivo familiar, escolar u otro.  Son también habituales en niños que han estado separados de sus madres durante un largo periodo de tiempo o si son hospitalizados.

Los Terrores Nocturnos son menos frecuentes que las pesadillas, pero tienen también una alta incidencia en la población infantil. Durante el episodio, es habitual que el niño se siente bruscamente en la cama y comience a gritar y llorar con una expresión facial de terror y signos de intensa ansiedad. A diferencia de lo que sucede en las pesadillas, no suele despertarse fácilmente a pesar de los esfuerzos de otras personas que tratan de sacarlo del trance desagradable. Si finalmente se consigue, el niño se muestra confuso, desorientado durante unos minutos y con una cierta sensación de temor pero no tan acusado como en el caso de las pesadillas. No hay recuerdo del sueño y si no se ha despertado totalmente vuelve a dormir inmediatamente sin recuerdo de lo sucedido al día siguiente.

Hechos traumáticos recientes (hospitalizaciones, separación de la madre, muerte ser querido, etc.) son factores de riesgo que pueden desencadenar y mantener los episodios.

Los terrores nocturnos suelen desaparecen con el tiempo y no suelen precisar tratamiento farmacológico, salvo en aquellos casos que por su frecuencia o intensidad constituyan un problema para el niño y así lo estime un profesional de la salud. 


Pautas para mejorar el estado psicológico de nuestros pequeños ante una pesadilla:

  1. Tranquilizar a los niños tras el episodio.
  2. Es importante que acudan al dormitorio del hijo y lo escuchen, pero sin entrar en demasiado detalles acerca del contenido del sueño.
  3. No abrumarlo con demasiadas explicaciones (por ejemplo intentar demostrarle que los monstruos sólo existen en su imaginación).
  4. Utilice una voz suave y trate de no mostrarse excesivamente preocupado o ansioso por lo que ha sucedido.
  5. Déle instrucciones en el sentido de que ha tenido una pesadilla mientras dormía y que ya ha pasado todo.
  6. Para los niños más mayores (a partir 7 u 8 años) puede funcionar bien que los padres hablen por la mañana acerca de la pesadilla. Hay que averiguar si hay algo que le preocupa en especial (en el cole, en casa...).
  7. Es importante saber escuchar y/o interpretar las claves de su comportamiento (si han habido cambios en su conducta habitual contingentemente a la aparición de las pesadillas, etc.)
  8. Explicarle que estos episodios, aunque muy molestos, obedecen a unos procesos normales que se dan durante el crecimiento y tienen carácter transitorio. Con ello podremos contribuir a rebajar el nivel de ansiedad asociada al episodio y el temor a que se vuelva a producir.
  9. El hablar sobre lo sucedido en un ambiente calmado y lúdico siempre resulta una gran herramienta terapéutica.  
  10. Cada niño es diferente y así sucede con la vivencia de la pesadilla, por tanto, deberemos ajustarnos a las peculiaridades de cada caso.

Pautas para los padres para afrontar un terror nocturno:

  1. En los casos leves, que son la mayoría, los padres deben adoptar una actitud tranquila y de conocimiento del trastorno. 
  2. Durante los episodios simplemente tienen que vigilar que el niño no se caiga de la cama o sufra cualquier daño físico derivado de su incorporación de la cama y su estado (recordemos que el niño no está despierto). 
  3. No hablarle ni intentar despertarle. 
  4. Hay que esperar a que el episodio siga su curso natural pero bajo nuestra vigilancia.
  5. Considerar si existen problemas en la escuela u otro ámbito que puedan estar influyendo en el mismo.
  6. Una técnica muy efectiva consiste en despertar al niño antes de la hora en la que habitualmente aparecen los episodios (en la primera mitad de la noche). Esto requerirá la observación previa durante varios días para poder establecer el momento aproximado en que se produce. Con esta acción se corta el ciclo del sueño y, por tanto, la aparición del episodio.



El verdadero amigo


Me gustaría compartir con todos vosotros esta leyenda árabe que tanto me ha gustado. Trata de la amistad, la ofensa, el perdón y el rencor. Muchas veces nos sentimos ofendidos por una causa que en ocasiones ha sido intencionada y en otras no, pero eso no hace que nuestra emoción cambie. Es el hecho y lo que pensamos sobre el, el que hace que emerja una emoción u otra. En cambio, cuando esa persona que nos ha hecho esa ofensa, intenta repararla pidiéndonos perdón o haciendo algo por nosotros para compensarnos, nos resulta complicado que esa emoción revierta en una positiva. Es curioso, porque en ambos momentos ocurre lo mismo: acción (ofensa/ pedir disculpas) + pensamiento (me ha hecho daño/ reconoce su error) + emoción (me siento triste/ me siento feliz), pero es en este segundo caso, donde parece que la emoción positiva le cuesta más trabajo salir. Como he dicho antes, es el pensamiento que hacemos sobre el hecho el que promueve una emoción u otra, y es muy probable que nos cueste perdonar a esa persona porque creemos que su arrepentimiento no es sincero, porque lo que hace por enmendar su error no es suficiente compensación, mil razones podemos dar... pero si nos paramos a pensar, es una acción por otra, un pensamiento por otro y una emoción por la otra. En la siguiente historia, veremos como la amistad se fragua de esta manera, aunque dando mayor peso a la acción del perdón que a la de la ofensa.

 La leyenda del verdadero amigo


"Dice una hermosa leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron. El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: 



HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO. 

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde decidieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. 

Al recuperarse, tomó un estilete y escribió en una piedra: 

HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA. 

Intrigado, el amigo preguntó: 

- ¿Por qué después de que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra? 

Sonriendo, el otro amigo respondió: 

- Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo."


Buen fin de semana

Mi pequeño comienza a tartamudear ¿qué hago?

Hacia los 2 años nuestros hijos comienzan a producir sus primeras frases y tanto la forma como la pronunciación son ya más semejantes a la adulta de lo que eran antes. Es posible que entre el segundo y el tercer año, nuestro pequeño muestre signos de tartamudeo al hablar, pero se trata de una etapa más que por lo general, suele desaparecer a medida que el niño va adquiriendo mayor confianza y firmeza en lo que dice y en cómo lo hace. Por tanto, al ser una etapa "normal" de la evolución del lenguaje, no es necesaria la ayuda de un profesional. Los bloqueos en el habla o la repetición de sílabas o palabras que se producen en esta edad es lo que conocemos como tartamudez evolutiva.

Lo más común es que entre los 2 y los 5 años, los niños vayan aprendiendo a soltarse tanto en expresión como en fluidez, y es por ello, por lo que durante estos años los escuchemos trabarse, bloquearse, repetir sílabas, o desorganizar las palabras dentro de una frase haciendo que carezca de sentido en nuestro idioma. Es de vital importancia no hacer que el niño se sienta incómodo cuando comente estos pequeños fallos, pues puede agravar los errores además de crear inseguridad, vergüenza  o incluso mutismo (dejar de hablar).
Los estados emocionales alteran, por lo general, nuestra eficacia a la hora de realizar una tarea. Los estados emocionales negativos, como la tristeza, el miedo, la angustia, la vergüenza .. nos harán propensos a que nuestro desempeño sea peor de lo normal y a la inversa con los estados emocionales positivos. Si nos sentimos angustiados podemos desempeñar una tarea posiblemente peor de lo que habitualmente la hacemos. Igual ocurre si presionamos o hacemos evidente los errores de un pequeño, pues el hecho de corregirle constantemente o de resaltar sus fallos en publico puede hacer que a la hora de que se exprese, lo haga aún peor de lo que lo sabe hacer.

El tartamudeo evolutivo es más frecuente en niños que en niñas y se hace más evidente cuando están más nerviosos o cansados. En ocasiones también va asociado a otros síntomas de tensión como son los tics. El nerviosismo es una de las causas más frecuentes del tartamudeo, así que lo mejor que podemos hacer es no darle importancia y no poner al niño más nervioso corrigiéndole.

Si nuestro pequeño parece que comienza a tartamudear, se traba, se pone nervioso al hablar, se bloquea... podemos poner en marcha las siguientes actividades para mejorar su aprendizaje y no hacerle sentir mal: 

Cuando nuestro hijo habla:

  1. Tener paciencia.
  2. No corregirle cuando se equivoque.
  3. No ponernos nerviosos por la forma de hablar de nuestro hijo. Ellos lo perciben y se podrán más nerviosos, agravando el problema.
  4. Aceptar la forma que tiene de hablar.
  5. No darle mayor importancia de la que tiene, es una fase pasajera que acabará superando sin necesidad de ayuda.
  6. No sentirnos culpables, porque no es culpa de nadie, sino es un momento propio de aprendizaje.
  7. No interrumpirle cuando hable, ni acabar las frase por él.
  8. No mostrar desagrado cuando se atasque.

Otras actividades para mejorar su fluidez:
  1. Dedicar un tiempo para hablar con nuestro niño, conversar normalmente con él, explicarle cosas: cuentos, nuestro día a día, ... en definitiva, hablar.
  2. Hablar lento, sin prisas, somos su ejemplo a seguir. Si nosotros hablamos lento le ayudamos a mejorar su fluidez en el habla.Mirarle a los ojos cuando habla, incluso cuando está muy atascado.
  3. Leer con él, la lectura nos ayuda a tener temas de conversación.
  4. Utilizar un lenguaje sencillo.
  5. No permitas que ningún miembro de la familia se ría, porqué le haga gracia, de la forma de hablar de tu hijo. Explícales cómo tienen que actuar.   
  6. No darle recomendaciones del tipo "No te pongas nervioso", "Venga", "Respira", porque resulta contraproducente. 
Con un poco de paciencia, esta etapa termina pasando y si hacemos todo esto, no dejará secuelas negativas en nuestro hijo. Si esta etapa persiste en el tiempo y suponga una barrera en  la comunicación de nuestro hijo con los demás, será necesario acudir a un especialista en trastornos del habla.

Discriminación por su color de ojos



Hoy me gustaría compartir con todos un experimento que llevó a cabo una profesora en un aula de los EE.UU. para hacer llegar a sus alumnos el concepto de discriminación. En aquellos momentos, se empezaba a tomar conciencia de la igualdad entre hombres y mujeres y entre las distintas razas que convivían en EE.UU. pero seguían estando presentes conductas discriminatorias hacia las personas de color. Por este motivo, esta profesora ideó una clase en la que dividió por tener unos los ojos de un color en concreto: azul o marrón. A unos les otorgó privilegios, dejando a los otros marginados por no gozar de dichos privilegios. Con posterioridad, se intercambiaron los papeles y donde antes los de los ojos azules tenian privilegios y los de los ojos marrones no, eran ahora los chicos y chicas de ojos marrones los que tenían ese privilegio, mientras que los de los ojos azules, carecían de ellos. De este modo, hizo que cada uno experimentara como se podían sentir discriminados por gozar o no de un aspecto físico, el cual no pueden modificar ni del que pueden decidir al nacer. Sin más os dejo con el Video.


Las tres rejas

La siguiente historia que os propongo me ha entusiasmado y empujado a ver las cosas de otro modo; y es por ello por lo que he decidido compartirla con todos mis lectores. Hay ocasiones que oímos cosas, sabemos o leemos sucesos que atañen la intimidad de otra persona y eso que hemos escuchado o sabido de algún modo, lo ponemos en conocimiento de la persona referente. De la misma manera, queremos saber que piensan los de más de nosotros o qué cree la gente que pasó en aquella situación en la que salí mal parado... pero la pregunta que no nos planteamos es ¿para qué queremos saber eso si nos va a aportar dolor, preocupación, inseguridad o desconfianza? Os recomiendo esta breve lectura para que comprendáis bien a qué me refiero:

Las tres rejas


"Un joven discípulo de un filósofo sabio lo visita y le dice: 
- Maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de vos con maldad. 
- ¡Espera!-lo interrumpe el filósofo- ¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme? 
- ¿Las tres rejas? 
- Si. La primera es la VERDAD. ¿Estás seguro de que lo que queréis decirme es absolutamente cierto? 
- No. Lo oí comentar a unos vecinos. 
- Al menos lo habrás hecho pasar por le segunda reja, que es la BONDAD. ¿Es bueno para alguien lo que me vas a decir? 
- No, en realidad no. Al contrario... 
- La última reja es la NECESIDAD ¿Es necesario hacerme saber lo que tanto te inquieta? 
- A decir verdad, no. 
- Entonces, -dijo el sabio sonriendo-, si no es VERDADERO, ni BUENO, ni NECESARIO, sepultémoslo en el olvido."

Como vemos, el sabio tenia muy claro que algo que no le resultaba bueno, ni cierto, ni necesario no quería saberlo; probablemente porque saber algo que no es necesario, que no es cierto y que va cargado de maldad contra él es posible evitarlo y dejarlo pasar para evitar su propio sufrimiento, malestar o dolor ante ello. Algunas personas sienten la necesidad imperiosa, bien por amistad o fidelidad, de contarnos algún malintencionado comentario que hacen sobre nosotros otras personas, pero si no pasa por estas tres rejas, ¿por qué sufrir gratuitamente? De igual modo, hacer o propagar alguna información de la que no tenemos certeza que sea cierta ni buena, porqué dejar correr la mecha de esa pólvora. Mejor cortarla, porque puede que la persona objeto de esa mentira no tenga a nadie que haga pasar ese comentario por las tres rejas.

¿Que inteligencia tienes?

La inteligencia, el Cociente Intelectual... ¿de qué nos informan estas cifras?


Desde que tenemos instrumentos que miden la inteligencia, hemos añadido un valor cuantitativo a  nuestras capacidades. Dicen que la inteligencia es la capacidad de adaptación al medio, pero esta definición dista en algunos puntos sobre la forma de evaluarla, pues no evaluamos la adaptación, sino una serie de elementos cognitivos como la memoria, la lógica... que en su conjunto nos dan una cifra, y esa cifra es lo que llamamos CI.

Hemos utilizado el CI como punto de corte para señalar que una persona era superdotado, estaba dentro de la media y en la mayoría de las veces, tenia un déficit intelectual. Estas puntuaciones no nos sirven de nada si sólo nos fijamos en aquellos aspectos que no llegan al nivel esperado, es decir, que están por debajo de la media. Pero si aun así, buscamos cuales son los aspectos que están normalizados, podemos utilizarlos como puente para ayudar a los que están por debajo y elevarlos para mejorar la vida del individuo. Por suerte, hoy en día, cada vez más especialistas utilizamos las fortalezas de cada individuo para sacar adelante sus "debilidades"...

Realmente creemos que tienen más inteligencia las personas con puntuaciones superiores a un CI de 130? Es decir, reformularé la pregunta, ¿creemos que un alto CI nos garantizará el éxito en nuestra vida? Pues he de deciros, que además de la inteligencia,  hay muchos más factores que contribuyen a tener éxito en la vida.

Howard Gardner, 1998, define la inteligencia como la "capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas". Primero, amplía el campo de lo que es la inteligencia y reconoce lo que se sabía intuitivamente: "que la brillantez académica no lo es todo". A la hora de desenvolverse en la vida no basta con tener un gran expediente académico. Hay gente de gran capacidad intelectual pero incapaz de, por ejemplo, elegir ya bien a sus amigos; por el contrario, hay gente menos brillante en el colegio que triunfa en el mundo de los negocios o en su vida personal. Triunfar en los negocios, o en los deportes, requiere ser inteligente, pero en cada campo se utiliza un tipo de inteligencia distinto. No mejor ni peor, pero sí distinto. Dicho de otro modo, Einstein no es más ni menos inteligente que Michael Jordan, simplemente sus inteligencias pertenecen a campos diferentes.

Por otra parte, Gardner define la inteligencia como una capacidad. Hasta hace muy poco tiempo la inteligencia se consideraba algo innato e inamovible. Tanto es así que en épocas muy cercanas a los deficientes psíquicos no se les educaba, porque se consideraba que era un esfuerzo inútil. Definir la inteligencia como una capacidad la convierte en una destreza que se puede desarrollar. Gardner no niega el componente genético, pero sostiene que esas potencialidades se van a desarrollar de una u otra manera dependiendo del medio ambiente, las experiencias vividas, la educación recibida, etc. Ningún deportista de élite llega a la cima sin entrenar, por buenas que sean sus cualidades naturales. Lo mismo se puede decir de los matemáticos, los poetas, o de la gente emocionalmente inteligente. Debido a eso, según el modelo propuesto por Howard Gardner todos los seres humanos están capacitados para el amplio desarrollo de su inteligencia, apoyados en sus capacidades y su motivación.

Howard Gardner nos habla de las "Inteligencias Múltiples" y define 8 tipos de inteligencia distintas, que todos poseemos en mayor o menor medida y que nos hacen más o menos diestros para ejercer unas actividades u otras:


  1. Verbal-Lingüística:capacidad de entender y utilizar el propio idioma. La que tienen los escritores, los poetas, los buenos redactores. Utiliza ambos hemisferios.
  2. Lógico-matemática: capacidad de entender las relaciones abstractas. La que utilizamos para resolver problemas de lógica y matemáticas. Es la inteligencia que tienen los científicos. Se corresponde con el modo de pensamiento del hemisferio lógico y con lo que nuestra cultura ha considerado siempre como la única inteligencia.
  3. Visual-Espacial: capacidad de percibir la colocación de los cuerpos en el espacio y de orientarse. Consiste en formar un modelo mental del mundo en tres dimensiones, es la inteligencia que tienen los marineros, los ingenieros, los cirujanos, los escultores, los arquitectos o los decoradores.
  4. Musical: capacidad de percibir y reproducir la música. Es la de los cantantes, compositores, músicos, bailarines.
  5. Intrapersonal: capacidad de entenderse a sí mismo y controlarse. Autoestima, autoconfianza y control emocional. No está asociada a ninguna actividad concreta.
  6. Interpersonal: capacidad de ponerse en el lugar del otro y saber tratarlo. Nos sirve para mejorar la relación con los otros (habilidades sociales y empatía). Nos permite entender a los demás, y la solemos encontrar en los buenos vendedores, políticos, profesores o terapeutas. La inteligencia intrapersonal y la interpersonal conforman la Inteligencia Emocional y juntas determinan nuestra capacidad de dirigir nuestra propia vida de manera satisfactoria.
  7. Natularista: capacidad de observar y estudiar la naturaleza, con el motivo de saber organizar, clasificar y ordenar. Es la que demuestran los biólogos, los naturalistas, los ecologistas.
  8. Corporal-cinestésica: capacidad de percibir y reproducir el movimiento. Aptitudes deportivas, de baile. Capacidad de utilizar el propio cuerpo para realizar actividades o resolver problemas. Es la inteligencia de los deportistas, los artesanos, los cirujanos y los bailarines.


Robert J.Sternberg, psicólogo americano, propone la teoria "triarquica" de la inteligencia. La definición de Sternberg de la inteligencia es: "actividad mental dirigida hacia la adaptación intencional, selección o transformación de entornos del mundo real relevantes en la propia vida", que significa que la inteligencia es cómo de bien un individuo se relaciona con los cambios en el entorno a lo largo de su vida.

La teoría de Sternberg propone tres tipos de inteligencia: análitica, creativa y práctica. Cada uno de estos tipos conforman tres subteorías parciales que se complementan entre sí: componencial, experiencial y contextual.


La Inteligencia Analítica nos permite discernir y separar problemas, encontrar soluciones no evidentes a simple vista y juzgar la calidad de las ideas (generalmente ideas de otros). Este tipo de inteligencia es la que se evalúa con mayor frecuencia, tanto en la enseñanza como en los tests de capacitación.
  
La Inteligencia Creativa nos permite manejar con soltura situaciones que nos son totalmente novedosas y encontrar nuevas perspectivas a tareas automatizadas y reiterativas. Las personas creativas a menudo no muestran un cociente de inteligencia muy alto, pero son muy buenas inventando cosas y resolviendo nuevos problemas.
  
La Inteligencia Práctica, o contextual se ocupa de la habilidad mental implicada en conseguir ajuste al contexto. Para ello Sternberg identifica tres procesos:  


  • Adaptación: cuando uno hace un cambio en si mismo para ajustarse mejor a lo que le rodea. Por Ej.: cuando bajan las temperaturas, la gente se adapta utilizando ropa más de abrigo, o cuando es temporada alta de trabajo, el personal se queda más horas para cumplir en el plazo previsto.
  • Conformación: cuando uno cambia su ambiente para adaptarlo mejor a sus necesidades. Por Ej.: renovación de una habitación de la casa por la llegada de un bebé, establecer turnos o pautas para comunicarse en un grupo, para evitar interrupciones inútiles.
  • Selección: cuando se encuentra un nuevo ambiente alternativo, que sustituya a uno anterior insatisfactorio para cubrir los objetivos del individuo. Por Ej.: los inmigrantes que dejan sus casas y países en busca de un contexto mejor. 
La eficacia con la que un individuo encaja en su contexto (ambiente) y se enfrenta con situaciones cotidianas, refleja su grado de Inteligencia Práctica. Este tipo de inteligencia implica saber aplicar en cada momento la proporción necesaria de habilidades creativas y analíticas para realizar sus tareas con éxito. La gente “prácticamente” dotada es la que tiene más capacidad de tener éxito en lo que se proponga.
  
Sternberg en su libro “Inteligencia exitosa” establece 20 cualidades de las personas con éxito, aunque en definitiva, quizás se pudieran resumir en una, la última, la número 20. 
  • Las personas con inteligencia exitosa se automotivan.  
  • Se concentran en sus objetivos.
  • Tienen capacidad para aplazar la gratificación
  • Aprenden a controlar sus impulsos (lo que se relaciona con la autorregulación que plantea Goleman en cuanto a la inteligencia emocional).
  • Saben cuándo perseverar.
  • Saben cómo sacar el máximo partido de sus habilidades.
  • Traducen el pensamiento en acción.
  • Se orientan hacia el objetivo.
  • Completan la tarea y llegan hasta el final.
  • Tienen iniciativas.
  • No tienen miedo de arriesgarse, ni de fracasar.
  • No postergan.
  • Aceptan la crítica justa.
  • Rehúsan la autocompasión.
  • Son independientes.
  • Tratan de superar las dificultades personales.
  • No hacen demasiadas cosas a la vez, ni demasiado pocas.
  • Ven, al mismo tiempo el bosque y los árboles.
  • Tienen nivel razonable de autoconfianza y creen en su capacidad para alcanzar sus objetivos.
  • Equilibran el pensamiento analítico, creativo y práctico.

Por ello, en la actualidad, cada vez más nos centramos en los aspectos positivos que cada uno tiene y a través de ellos, fomentamos aquellos aspectos menos desarrollados, porque como sabemos, la inteligencia no es estatica, sino que tiene una horquilla de ampliación, que estimulando estas capacidades, se pueden conseguir su umbral más amplio propio de cada individuo.





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