Técnicas de estudio para ¿evitar el fracaso escolar o trabajar para un óptimo desarrollo personal?

Acabo de leer este breve articulo El fracaso escolar en España y su influencia en los alumnos y me ha hecho pensar qué podría aportar desde aquí para mejorar esta situación. Entonces he pensado que unas adecuadas pautas de estudio ayudarían a prevenir el abandono / fracaso escolar. Es importante saber que quiere nuestro hijo y no crear unas expectativas irreales de las capacidades y preferencias del menor. Tenemos que saber cuales son sus potencialidades, sus fuertes y así potenciar donde le resulta fácil y apoyar las áreas que más le cuestan. Preguntar qué le gusta, si quiere hace una carrera o un grado. No hay formación mejor ni peor, sólo tenemos que buscar la que se adecue mejor a las preferencias y gustos de nuestro hijo. No hay que limitar ni cortar sus alas. Hay que aconsejar, mostrar el abanico de posibilidades y estudiar cada opción con calma y mesura. Obviamente, estamos en un punto en el que nuestro hijo ya es adolescente y va a dejar la educación obligatoria; pero para llegar con éxito a este punto existen herramientas que nos ayudarán a tal fin.

En primer lugar tenemos que crear un hábito. Este es un punto que parece tan obvio que se nos olvida. ¿Qué es un hábito? un habito es aquello que se hace siempre a la misma hora, en el mismo sitio y de la misma manera. Es decir sentarse siempre a la misma hora, todos los días en el mismo estudio y hacer los deberes y estudiar de la misma forma. Esto, tan sencillo como parece es el factor principal en el que fallamos. Cuando empezamos una actividad, si no lo hacemos con regularidad, la abandonamos, nos desmotivamos... pero si la hacemos siempre de la misma forma y en el mismo sitio y a la misma hora, esto nos sale solo, no tenemos ni que pensarlo. 
Esto engloba otro factor que es la organización. Tener el material organizado ayudará a realizar la actividad con mayor rapidez y eficacia, previniendo que el niño se disperse de camino al salón en busca de su agenda y se despiste viendo la televisión, por ejemplo. Tener todo el material necesario a mano, ayudará a que esto no suceda y su atención se focalice con menor esfuerzo. Hacer un listado de las actividades de cada asignatura ayudará a la organización de la tarea. Hay casos en los que los niños se distraen o no están motivados por la actividad y "pierden el tiempo en las musarañas". Una buena estrategia es dar un tiempo limite para cada asignatura. al principio, serán los padres quien gestionen este tiempo, y si en ese tiempo no ha realizado la tarea, se le retira el cuaderno y se le presenta la siguiente, poniendo el tiempo a cero.
De cara al estudio, lo ideal es realizar los siguientes pasos:

1. Lectura comprensiva: donde el niño vaya leyendo y extrayendo mentalmente las ideas principales. En muchas ocasiones leemos sin saber lo que leemos. Esta lectura es una lectura consciente, en la que tomamos conocimiento de lo que el texto nos dice. 


2. Subrayar: subrayamos las ideas importantes y significativas del texto. No se trata de subrayar todo el libro, porque eso no simplifica nuestro estudio, sino de destacar las ideas más contundentes y representativas del tema que se esté tratando. Para ello, podemos utilizar diferentes colores, que para nosotros representen distintos grados de importancia, y así nos dará una información gradual para luego dar prioridad a unas ideas u otras.

3. Resumen: Aquí se trata de recoger todas estas ideas que hemos ido destacando y crear un texto breve (resumen) con nuestras palabras de lo que se trata el texto a estudiar. Es muy importante este paso, pues la ejecución de la escritura deja una huella en nuestra memoria, haciendo que ya estemos estudiando y memorizando. 

4. Esquemas: Un esquema es una representación de las ideas principales y de la relación que existe entre ellas. Aunque normalmente al principio de cada tema, suelen venir en los libros de textos esquemas, es recomendable que el niño haga uno, dado que está hecho según su manera de relacionar los conceptos, su estilo de esquematización (de llave, flechas...) y que además, como he mencionado con anterioridad, la escritura ayuda a memorizar y a comprender los conocimientos.


La influencia del colegio y de la imagen que se da de los logros y fracasos es de vital importancia en las edades infantiles y adolescentes. Los niños, son un espejo y reflejan todo lo que reciben. Si un niño recibe constantemente "otro suspenso",  "o sacas un 10 o no es suficiente", "este no va a llegar a nada"... estos mensajes calan en la forma de actuar del niño. Si cree que es un fracasado, nunca lo intentará. En cambio si cree que es bueno, por más que se equivoque, lo volverá a intentar. Aquí toma relevancia las atribuciones. Si yo atribuyo mis logros a mi mismo, a mi trabajo, se que el éxito dependerá de mi, y que está en mi mano; pero si lo atribuyo a el azar, al sistema, por ejemplo, me esforzaré muy poco porque no creo en mi, en mis capacidades. De igual forma ocurre con la atribución de los fracasos. Si creo que he fracasado porque soy un tonto, porque no sirvo para nada, mi propia percepción de mi hace que yo sea mi propia barrera. Esto también produce lo que los psicólogos llamamos Indefensión Aprendida. Este concepto lo acuñó Seligman, psicólogo y escritor norteamericano. Seligman descubrió que, tras someter a un animal a descargas eléctricas sin posibilidad de escapar de ellas, dicho animal no emitía ya ninguna respuesta evasiva aunque, por ejemplo, la jaula hubiese quedado abierta. En otras palabras, había aprendido a sentirse indefenso y a no luchar contra ello. Este hecho se generaliza a las personas, creando un sentimiento de impotencia y de desamparo ante las continuas adversidades y problemas que no puede solucionar. A continuación , dejo un experimento que realizó una profesora en un aula para explicar este hecho. Inducir indefensión aprendida


Las atribuciones de nuestros fracasos y de nuestros logros van a ser un pilar fundamental para cómo percibimos lo que nos sucede y en consecuencia, comportarnos. Comportarnos de una forma u otra no va a ser más que la representación de nuestra personalidad, de nuestro modo de afrontar la vida y eso, al fin y a al cabo es nuestro desarrollo, nuestro paso por la vida. Por ello es muy importante concienciar a nuestros pequeños de que ellos son capaces, de que pueden conseguir lo que quieren con su esfuerzo, con su trabajo y que con constancia, organización y trabajo, todo es posible.

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